NÁPOLES TE INVITA A UN CAFÉ
Una de las iniciativas más hermosas y solidarias que Nápoles ha aportado a Madrid es sin duda la del Café Pendiente. Se trata de una iniciativa nacida a principios del siglo XIX en Nápoles para ayudar a los más necesitados. Una persona entraba en una cafetería, pedía una café y pagaba dos, el otro más era para alguien que no tenía los recursos para pagarlo. Después el propietario del bar se encargaba de apuntar en una pizarra los cafés que sobraban y ya pagados o sea los pendientes. En un segundo momento entraba el que no podía permitirse tomarse algo caliente y preguntaba si alguien había dejado un “café pendiente” (en italiano “caffè sospeso”). Se creaba así un amigo sin nombre que te invitaba a un café. Esta costumbre se amplió en muchas cafeterías de Nápoles y hoy en día ha llegado hasta la capital española. Sin ánimo de lucro y basada en la confianza, el 20 de marzo de 2013, Gonzalo Sapiña, decidió “copiar” la iniciativa napolitana y a través de las redes sociales y televisión para difundirla en las máximas cafeterías posibles. Los que de verdad necesitan estos cafés y no disponen de medios económicos pueden informarse a través de internet o asociaciones benéficas. Parece que hayan más de 400 bares en España que ahora participan a esta iniciativa de solidaridad. Uno de los primeros fue el Café Comercial en la glorieta de Bilbao de Madrid. Dependiendo del bar, además de café, se pueden dejar pendientes tapas, raciones, bocadillos o incluso un menú pendiente. Dejar un café pendiente es algo que ha emocionado mucho a los españoles tanto que otras actividades han querido seguir esta costumbre. Ahora es posible encontrar panaderías que ofrecen “panes pendientes” (había una incluso en Granada) o librerías que ofrecen “libros pendientes”. Hoy en día es posible encontrar esta costumbre napolitana en todo el mundo. En Francia, en Bélgica, en Chile, en Argentina con las “empanadas pendientes”. En Nápoles no podía faltar la “pizza pendiente” y otras especialidades gastronómicas de esa ciudad. Sin embargo hay hasta “poesías pendientes” con el reto de compartir poesías escribiendo siempre alguna más. Toda persona que lo necesite puede disfrutar de estos cafés pendientes. Un desconocido pobre, indigente, o simplemente alguien que no pueda. Si algún día estás contento por cualquier razón y quieres compartir tu felicidad con alguien entra en los bares que se unen a esta iniciativa y paga un café más. El escritor napolitano Luciano De Crescenzo dijo: Es como invitar un café a la humanidad.